Antiguamente en el Tibet existían estos cuencos de metal que tenía diferentes usos, entre ellos se usaban para aumentar y complementar el efecto curativo de los masajes manuales. Estas vasijas eran de diferentes tamaños y estaban compuestas por diferentes metales.
Luego de muchos años, estos cuencos llegan a nuestras manos para permitirnos armonizar, a través de ellos, nuestro ser. Esta utilización de los cuencos es comprensible si tenemos en cuenta que en el Universo, todas las cosas se encuentra en estado de vibración. Hay cosas que tienen vibración de alta frecuencia que no podemos percibir a través de los sentidos, como el pensamiento y todo lo que pertenece al campo sutil y hay otras cosas con una vibración más densa, que sí podemos percibir a través de los sentidos, como el cuerpo humano . Todo en el universo tiene su frecuencia vital, única y armónica, y esta frecuencia se puede modificar por los más mínimos cambios, viéndose afectada esa “armonía”.
La terapia con sonido, en este caso producido por los cuencos tibetanos, es una terapia vibracional. La vibración del sonido produce un efecto sobre cada cosa y cada persona, produce cambios a nivel físico, a nivel mental y a nivel emocional.
Cada cuenco posee un sonido fundamental, y de éste se desprenden otros tonos , más altos o más bajos que guardan una relación con el sonido fundamental. Así las vibraciones armónicas equilibran la energía en todos los niveles.
Si entendemos que todo nuestro organismo, nuestra mente, nuestras emociones, nuestros campos energéticos, nuestros chakras emiten sonidos, sabremos que al producirse bloqueos, aparece la desarmonía en el cuerpo . Luego al aplicar los cuencos sobre el cuerpo, o acercándole los sonidos del cuenco desde afuera, nuestro ser entra en “resonancia” , identificando a los sonidos armónicos que le corresponde para reestablecer su equilibrio y armonía.
De esta forma los sonidos de los cuencos nos permiten reencontrarnos con nosotros mismos , armonizando así nuestro sistema de chakras y la energía en los distintos niveles de nuestro ser.
Los cuencos tienen los siguientes efectos beneficiosos, a través del sonido :
Facilita estados de relajación y meditación; Calma dolores leves, especialmente de cabeza; Estimula en estados de ánimo decaídos; Relaja en estados anímicos exaltados o nerviosos; Desbloqueos emocionales; Armoniza nuestro sistema de chakras.
A través de las vibraciones que producen en contacto con el cuerpo se pueden observar los siguientes beneficios:
Relajación muscular; Desbloqueos energéticos; Desbloqueos emocionales.
Los cuencos tibetanos los podemos utilizar en forma personal, convirtiéndose en un medio maravilloso para potenciar los estados meditativos o recurriendo a algún terapeuta de sonido.
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